ECUADOR NUEVAMENTE BAJO LA MAGIA DEL CINE

Diario de la gira realizada por La Cinta Corta junto a Moviemiento.e.V. bajo el proyecto CINECITA a través de diferentes comunidades del ecuador

QUITO (Provincia de Pichincha - Andes)

Con la idea de realizar un evento de lanzamiento de esta gira sudamericana y compartir nuestra primera proyección junto al equipo de Moviemiento (Berlín) antes de emprender el viaje, realizamos una proyección al aire libre en la Plaza del Teatro, ubicada en el Centro Histórico de Quito.
Previo a la proyección y con el objetivo de que fuese una verdadera fiesta, hubo otras presentaciones artísticas como “La Murga de las Tripas” (agrupación de jóvenes ecuatorianos y argentinos que se dedican a la música y la danza del candombe uruguayo) y “Circomunidad” (grupo de arte circense y de acrobacias). Ambos números le dieron un toque de color a la noche y fueron muy bien recibidos por el público presente.
Durante la proyección los quiteños se mostraron muy animados e interesados en ver y disfrutar hasta el final de los cortometrajes programados, a pesar de que la noche se torno bastante fría. Si bien CINECITA no busca llegar con su propuesta a capitales o grandes ciudades, este evento se propuso como una forma de visibilizar aún más el proyecto a nivel nacional y así lograr llegar más lejos con la difusión de nuestra propuesta. De igual manera realizaremos como cierre de la gira una proyección a fines de enero/2011 en el sector de El Alto (La Paz, Bolivia) junto a Moviémiento y el colectivo boliviano COMPA.

Cortometrajes del mundo desde la “Mirada de ella”.

Foto: Nadja, Svaen, Luciano y Julia.
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www.cinecita.org)

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BORBÓN (Pcia. de Esmeraldas - Costa)
Nuestro viaje comenzó el sábado 2 de octubre, día que salimos desde el barrio de Guápulo (Quito) hasta llegar a la comunidad de Las Peñas tras un largo viaje de 12 horas y después de haber vivió dos días antes el intento de golpe de estado al presidente Rafael Correa. Muchas emociones nos movilizaban, con total incertidumbre de cómo se encontraría la situación político social en el interior del país y que nos esperaría por delante. Por tal motivo fue buena elección hacer base en esa pequeña población costera.

Al día siguiente nos dirigimos a la comunidad de Borbón, comunidad de afros descendientes, puerto fluvial maderero, lugar en el cual se pueden remontar los ríos Cayapas, Santiago y Onzole.
Se dice que los primeros negros que llegaron a estas costas fueron náufragos que ganaron la tierra a nado desde un barco de esclavos que encalló hace unos 400 años. Allí encontraron un clima similar al de África y al internarse en el continente sometieron a las tribus indígenas, entre las que se encontraban los cayapas quienes llamaban "malaba", malo, diablo o "juyungo" (diablo) a los negros, estableciéndose definitivamente en la provincia.
Ingresamos a la comunidad y nos dirigimos con nuestro bus itinerante directamente al Malecón, junto al río. Desde lejos ya se escuchaba el perifoneo ambulante que anunciaba la proyección de cine gratuita para todo público, a cargo de una persona de la comunidad que desplegaba su arte de difusión caminando y a pura voz, con la ayuda de un megáfono.

Enseguida comenzamos a armar el equipamiento sobre la calle recientemente adoquinada y a desplegar la pantalla gigante bajo la mirada curiosa de los negros que se iban acercando. Allí contamos con la colaboración de los amigos de MaderaMetálicos (jóvenes músicos y artesanos de la chonta y el bambú) y el acompañamiento a modo de padrinazgo del gran Papa Roncón (“Papa” como le dicen todos al pasar), una eminencia de la música afro y gran ejecutor de la “marimba”, reconocido en muchas partes del mundo.
Mientras algunas personas iban llegando desde río arriba en sus botes y otras se refrescaban con un chapuzón, varios se acercaban a preguntar que estábamos haciendo. Otros, nos comentaban que vendrían por la noche, informados de ante mano de que se trataba todo esto. Papa Roncón nos recomendó y proporciono custodia policial. Es que Borbón se la conoce como una de las ciudades más peligrosas del Ecuador por su alto índice de pobreza, su postergación política por décadas y por encontrase muy cercana a la frontera con Colombia, con la ya conocida problemática de narcotráfico, guerrillas y militares. De todos modos nosotros nos sentimos muy cómodos, fluyendo con la gente y contagiados de la alegría que les caracteriza.
Al caer el sol dimos comienzo a las actividades. Continuando y reforzando la tradición musical que tiene Borbón, se organizó junto a la proyección de cortometrajes una presentación musical con el grupo de marimbas “MaderaMetalicos” quienes hicieron una fusión musical junto a la saxofonista Astrid Pape y el guitarrista Ángel Gonzales, ambos pertenecientes a Proyecto Visión.
Las melodías se entremezclaban con el pausado paso del ancho río y más tarde los cortometrajes se sucedían ante las sonrisas de los niños y adultos que miraban expectantes los cortometrajes de CIENCITA.
Al finalizar la gente se fue dispersando por las callecitas aledañas y algunos se quedaron conversando con nosotros mientras desarmábamos el equipamiento. Empujando el bus le dimos arranque (batería dañada) y nos fuimos a media luz nuevamente a Las Peñas., iluminados desde lejos por el único patrullero policial de Borbón.


Fotos: Nadja, Svaen, Luciano y Julia.
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YAMBIRO (Pcia. de Imbabura - Andes)
De la costa ecuatoriana partimos nuevamente a los Andes, en un laaargooo viaje que fue gratificado por un paisaje increíble. Salimos de La Peñas no muy puntual (de a poco iríamos perfeccionando este detalle) y llegamos a Peguche (comunidad cercana a Otavalo) justo cuando el sol comenzaba a caer. Tras varias maniobras logramos ingresar con el bus por el único camino que nos llevaba al hostal: las antiguas vías férreas. Una buena cena, una buena ducha y un merecido descanso preparándonos para un día de mucho trabajo. Al día siguiente (martes 5) tras desayunar y las habituales reuniones matutinas, el equipo se dividió en dos: uno prepararía todo lo necesario para trasladarnos a Yambiro a realizar la proyección y los otros se quedarían en un taller mecánico tratando de solucionar los problemitas del bus. Hasta allí, sería el séptimo taller mecánico que el bus visitaba en el corto viaje.

Trepados a una camioneta arrendada como flete, nos dirigimos rumbo a Yambiro, comunidad campesina a una hora de Otavalo.
No era suficiente con el bus dañado y las computadoras inestables, que una fuerte llovizna nos acompaño (y mojo) durante todo el viaje. En lo alto, sobre unas grandes laderas se encontraba Yambiro y allí nos esperaba Segundo, nuestro amigo y contacto con la comunidad.
Descargamos todo el equipamiento bajo la llovizna y comenzamos a armar en exteriores, tal como estaba planificado y en la espera de que el clima pudiese cambiar.

Mientras tanto, LA CINTA CORTA aprovechaba para realizar una charla sobre animación y producción audiovisual para algunos estudiantes de la escuela de Yambiro y otros jóvenes de comunidades cercanas, quienes están realizando desde hace dos años animaciones de manera autodidacta. La idea de realizar esta charla nació del interés de los propios jóvenes y la propuesta de LA CINTA CORTA en su interés de contribuir al desarrollo del audiovisual en el Ecuador. Afuera, el resto del equipo decidía bajo una intensa lluvia aplicar el plan B: suspender la función de cine bajo las estrellas y dirigirnos bajo techo, a la casa comunal. Velozmente armamos todo en este nuevo espacio y todo estuvo listo antes de hora.


Continuaba lloviendo, el frio era intenso y nuestra incertidumbre de si vendría la gente o no crecía. De pronto comenzaron a aparecer campesinos que venían de todos lados, algunos desde lejos, familias enteras que se acercaban a compartir con nosotros la magia del cine… y sin darnos cuenta más de 200 personas llenaron el espacio, quedando muchos y muchas de pie.
Antes de proyectar nuestra programación, se exhibió una animación realizada por los jóvenes de la comunidad, de una calidad admirable y cuyo mensaje dirigido a la protección del agua, de la mama yaku, no como recurso sino como fuente de vida, dejo mucho para pensar y reflexionar.

Se vivió una noche muy linda y acogedora, donde los cortometrajes y los comentarios de la gente fueron los grandes protagonistas. Al finalizar, y tras un largo aplauso y agradecimientos, compartimos todos unos pancitos cocidos a leña y un té de yerbas que habían preparado en la comunidad como muestra de afecto hacia con nosotros y todos los asistentes.

Fotos: Nadja, Svaen, Luciano y Julia.
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TALAG (Pcia. de Napo - Amazonía)

Es miércoles 6 y nos toca continuar viaje, pero esta vez descendiendo hacia el oriente, hacia la Amazonía ecuatoriana. Como de costumbre, la vegetación, el clima y los rostros fueron cambiando, cómo así también los idiomas, las comidas y costumbres… todo como si fuese en degrade. Hipnóticamente nos fuimos sumergiendo en el verde intenso de la selva, dejándonos cautivar pos la flora y fauna, y por las gigantescas cascadas que desde lo alto de las montañas caían con toda su fuerza y esplendor.
Siendo de noche y acompañados por una intensa lluvia tropical llegamos a la ciudad del Tena (capital de Napo), sin antes dejar parte del bus en un fuerte choque contra un “chapa acostado” (policía acostado), esas lomas que se colocan pa’ disminuir la velocidad pero que no la vimos en la oscuridad. Si bien salimos ilesos, el bus debería conocer a un nuevo taller que le arreglaría sus amortiguadores y elásticos.

El día jueves aprovechamos para hacer un gran balance de lo recorrido hasta el momento y preparar el resto del viaje. Para ello instalamos nuestra “base de operaciones” (como sería costumbre) en el hostal, invadiendo prácticamente todos los espacios.
Algunos hicimos un viaje de avanzada a la comunidad del Talag, comunidad donde se desarrollaría la proyección al día siguiente, pues estábamos un poco preocupados ya que hacía varios días que no podíamos comunicarnos con nuestros referentes allí (la señal telefónica en la selva es muy limitada). Al llegar debíamos buscar al amigo Ricardo, pero eso fue como buscar una aguja en un pajar: recorrimos varios caminos que nos introducían más y más en la selva pero no lográbamos ubicarlos. Ya cuando desistíamos y nos prestábamos a regresar al Tena, en un cruce vimos a lo lejos a Ricardo junto a otros comuneros en la sombra de un almacén. Gran tranquilidad regreso en nosotros.
Esa noche fue de grandes preparativos, con muchas expectativas de lo que pasaría al otro día.

Al día siguiente (viernes 8 de octubre), después del mediodía, nos dirigimos por una carretera hacia el Talag, nuevamente en camioneta (el bus reposaba en el taller). Se terminó el asfalto y empezamos a serpentear un camino de tierra, poco después llegamos a una cancha de futbol en medio de la selva en donde el barro llegaba hasta las rodillas, tras un día de intensa lluvia. Improvisamos un espacio para ubicar la pantalla en medio del barro, mientras los comuneros se vestían con ropas típicas y ensayaban algunas danzas, pues tenían previsto hacer una representación de una ceremonia de casamiento típico de la zona.
A las 19hs comenzó el evento. A través de la traducción del kichua por medio de una mujer de la comunidad, nos fuimos enterando todos los pasos que se dan cuando se realiza un casamiento, cuales son los bailes, las bebidas, los rituales, etc.
Compartimos chicha de yuca, unas “puntas” (aguardiente de caña) y dimos comienzo a la proyección de CINECITA. Fue un momento realmente mágico, en medio de la oscuridad de la selva lo único que brillaba era la pantalla en la que se veían pasar distintos colores y formas de cada uno de los cortometrajes presentados.
Para casi todos los espectadores era la primera vez que veían una película y esto generaba aun más una atmósfera alucinante. Nosotros nos sentíamos emocionados y por momentos parecía como un sueño, ahí con el cine en medio de la oscuridad y del sonido envolvente de la selva.
A las 22hs termino el evento y algunos de los comuneros nos ayudaron a desarmar todo el equipamiento en medio de una gran oscuridad, lo que demostraba (en ellos) un absoluto conocimiento y ubicación en la noche. Nuestro bus finalmente había llegado al lugar y sirvió de trasporte público, trasladando a las personas que vivían camino abajo, bien lejos, desde donde habían venido caminando a compartir una noche de cine bajo las estrellas.
Fotos: Nadja, Svaen, Luciano y Julia.
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MULANLEO (Pcia. de Tungurahua - Andes)

El sábado, luego de la proyección en el Talag, tuvimos nuestro día libre. Y lo aprovechamos con una actividad en grupo: navegamos el río napo en bote desafiando sus aguas turbulentas y embebiéndonos de tanta naturaleza virgen.
El domingo 10 continuamos viaje, esta vez de subida, de nuevo hacia los andes, a la región de los volcanes Tungurahua y Chimborazo, cruzando nuevamente por distintos paisajes y climas. Esa noche fue de preparativos y descanso porque comenzaríamos a vivir una semana intensa con el inicio del primero de los talleres de documentales para jóvenes mujeres.

El lunes arribamos tempranos a la comunidad de Tamboloma solo una parte del equipo, a modo de avanzada. Pero algo inesperado cambió nuestros planes: el día anterior una niña de esa comunidad había sido atropellada en la carretera, falleciendo al instante. La comunidad toda estaba de luto y las niñas inscritas en el taller no estaban con ánimos de asistir al mismo. Nosotros estábamos conmocionados, fue como si nos cayera un balde de agua fría, por la fatalidad de la noticia y porque debíamos de algún modo proseguir con el inicio taller, sacando fuerzas de donde sea. Nos reunimos inmediatamente con nuestro amigo Damián, un joven indígena de la comunidad, nuestro amigo y que contacto allí, para analizar la posibilidad de realizar el Taller en otra comunidad. Así fue que nos trasladamos hasta Mulanleo, una comunidad a media hora de Tamboloma, hacia abajo de las montañas. Llegamos hasta una pequeña escuela y hablamos sobre nuestra propuesta con el director a quien le pareció muy interesante y nos propuso trabajar con las niñas de séptimo grado de la escuela (10 y 11 años). Además nos cedería una hora de horario escolar y nos ayudaría para informar a los padres de familia sobre la actividad, para que éstos les dieran permiso. Ese día solo nos limitamos a una charla de presentación del taller, pues llegamos de sorpresa y la comunidad estaba un tanto desconcertada con nuestra presencia.
Finalmente, tras una reorganización de los contenidos y metodologías del taller, realizamos el mismo con 13 niñas de entre 10 y 12 años, y tan solo dos de 15. De esta manera comenzó una semana de convivencias muy fuerte, de grandes aprendizajes, de grandes emociones.

Fue una experiencia única, en primer lugar porque estábamos trabajando en una comunidad muy alejada de las ciudades, culturalmente muy machista, con niñas muy pequeñas, tímidas y con muchos compromisos de trabajo en el hogar y en el campo. Por otro lado la comunidad en general no estaba muy convencida al principio con nuestra imprevista aparición y nuestra propuesta de dar talleres de documental. Pero con el paso de los días todos los comuneros fueron comprendiendo que nuestra presencia allí no era para robar imágenes o para meter ideas extrañas en la cabeza de las niñas, por el contrario nos encontrábamos allí para compartir, para aprender de ellas… estábamos brindando una herramienta de expresión que les permitía a ellas contar sus propias historias y sentires.
Las niñas se divertían cada vez más y nosotros nos sentíamos cada vez más comprometidos de transmitir en profundidad el conocimiento sobre las herramientas del audiovisual. Diariamente, cuando nos encontrábamos en las horas del taller, todos teníamos la sensación y la certeza de estar adquiriendo un aprendizaje mutuo, en una dinámica llena de alegría. Las niñas recorrían su comunidad, lo cerros y sembríos divididas en cuatro grupos, registrando todo lo que deseaban contar, retratar, bajo la atenta mirada del resto de la comunidad.

Al final de la semana nos encontrábamos con mucho material. El viernes hicimos un breve visionado de lo que se había registrado y el sábado nos dedicamos por completo a la edición del mismo, que nos llevo incluso hasta la mañana del día siguiente. Como resultado fueron cuatro documentales de 5 minutos aproximados cada uno. Ese día (domingo 17) emprendimos nuestro último viaje hasta Mulanleo con las películas recién salidas del horno. Mientras a travesábamos las diferentes comunidades que nos llevaban a Mulanleo, íbamos anunciando la proyección de esa noche con nuestro megáfono. Al llegar al colegio comenzamos armar rápidamente todo el equipamiento ya desplegar nuestra pantalla.
Adornamos con luminaria el lugar y la gente de la comunidad comenzó a acercarse de a poco. Inmensa fue nuestra emoción cuando empezaron a llegar las niñas del taller, con sus mejores galas, ansiosas y felices por ver sus trabajos.
Al caer el sol dimos inicio a la ceremonia con la entrega a las niñas de un certificado y una copia en DVD con los cuatro documentales producidos por ellas y una gran cantidad de fotografías que retrataban la semana compartida entre todos y donde se ve a las niñas filmando. Previamente les contamos a la comunidad sobre el desarrollo del taller en la semana. Ellos escuchaban con admiración y orgullo por las niñas. Comenzaron las películas y el público festejaba alegre cuando veían aparecer en la pantalla grande a personas conocidas, aplausos que siguieron en cada uno de los documentales. Posteriormente se proyectaron fotografías de las niñas trabajando y una corta programación de cortometrajes de CINECITA.
(En la foto en equipo de Cinecita Gira Ecuador: De Izq. a Der., de Arriba hacia Abajo: Crhistian, Janhosh, Matthi, Julia, José, Andrea, Luciano, julia, Lucía, Sven, Damián y Andréa)
Toda la comunidad felicito a las niñas y por un momento ellas fueron el centro de atención. Sabemos que algo cambio, toda la comunidad vio que ellas eran capaces de manejar una cámara, de captar sonidos, de contar una historia. Se sintieron orgullosos. Creemos que hemos dejado una semilla que ojala les permita en algún otro momento crear nuevamente a través del audiovisual, con otro medio de expresión artística o al menos si esto no sucede creemos que ha sido útil para que puedan ser un poco más libres día a día.

Fotos: Nadja, Svaen, Luciano y Julia.
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LAS ROSAS (Pcia. de Chimborazo - Andes)

El lunes (18 de octubre) por la mañana bien temprano dejamos la provincia de Tungurahua y nos dirigimos rumbo al sur cargados de recuerdos y emociones de experiencia que dejaría una marca imborrable en nosotros. Continuando nuestro viaje hacia el sur del continente, nos desviamos un poco hacia la costa llegando a la parroquia de Pallataga, un paraje completamente distinto, con una temperatura más calidad y donde la vegetación había cambiado una vez más como en muchas ocasiones durante nuestra gira. Allí tendríamos unos días de descansos antes de nuestra próxima proyección. También nos permitiría continuar con los balances, evaluaciones y preparativos para el resto del viaje.

En la mañana del miércoles 20 dejamos nuestro bus para treparnos a una camioneta y subir hasta la comunidad de Las Rosas, a una hora y media de Pallatanga.
Fue una subida larga a través de un camino de tierra con muchas curvas que nos develaría en su cima, en medio de la niebla/nubes, a Las Rosas.
En la escuela de la comunidad se improviso una sala de cine en su aula más grande. Allí fueron ingresando alumnos, padres de familia y profesores de Las Rosas y de otras comunidades aledañas que habían sido invitadas.
Mientras las películas se proyectaban ante los ojos curiosos de los presentes, afuera un grupo de madres de familia preparaban unas papitas para compartir entre todos al terminar la proyección. Tuvimos que realizar una función doble ya que llegaron más espectadores de lo previsto. Todos agradecieron con aplausos y se entablo una charla debate con los niños y sus padres sobre las temáticas planteadas en los cortometrajes exhibidos.
Fotos: Nadja, Svaen, Luciano y Julia.
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PALLATANGA (Pcia. de Chimborazo - Andes)

Tras regresar de Las Rosas, cargamos el resto del equipamiento y nos dirigimos a la plaza central de Pallatanga, donde todo estaba dispuesto para la gran proyección de la noche. A las 17:00hs comenzamos con el armado de la pantalla mientras un atardecer increíble nos acompañaba.
A medida que el sol iba desapareciendo tras los cerros se fueron acercando los primeros espectadores (algunos con sus propias sillas) y también un grupo de jóvenes de un colegio que traían pasteles muy coloridos que compartían con los asistentes a cambio de un abrazo. La función comenzó y en la plaza superaban las 300 personas.
A los costados, vendedores ambulantes aprovechaban el evento para hacer un “dinerillo”.

Los cortometrajes brillaron una vez más en la noche ecuatoriana ante un gran número de espectadores reunidos frente a la gran pantalla en una noche cálida y estrellada.

Fotos: Nadja, Svaen, Luciano y Julia.
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CHILLANES (Pcia. de Bolívar - Andes) Al día siguiente emprendimos a una nueva aventura. Tras serpentear con nuestro bus un camino peligroso y estrecho que atraviesa montañas llegamos a Chillanes, una comunidad conocida por ser productora de maíz, ubicada en la ladera de una montaña.

Llegamos a la plaza donde aun estaban los productores recogiendo las semillas que habían estado secando bajo el sol y las distintas autoridades de la Municipalidad se dieron cita en la plaza para colaborarnos en el armado de la proyección. Se trajeron sillas de distintos lados y armamos la pantalla. Mientras, al otro extremo de la plaza un gran número de personas jugaban “ecuaboley” (deporte muy popular que se juega con una pelota de futbol, tres miembros por equipo y con reglas similares al boley). Ubicamos nuestro bus cerca del escenario, con luminaria y una mesa de información. Se creó un ambiente lindísimo, lleno de colores que daban la sensación de estar realmente en una sala de cine solo que al aire libre.

Las estrellas tardaron un poco en salir, pero finalmente estuvieron allí para nosotros. De todos modos existía como siempre un plan B si llegase a llover: en este caso el párroco de la comunidad nos había ofrecido el interior de la iglesia y sus rígidos bancos. Más de 200 sillas dispuestas y numerosas escalinatas no fueron suficientes para los más de 450 espectadores que se hicieron cita frente a la pantalla para de las películas.


La programación fue especial porque además de los cortos de CINECITA se proyectamos algunos de los documentales hechos en el taller de Mulanleo con los que el público se sintió muy identificado.

Como es habitual, al finalizar algunas personas se acercaron para conocer un poco más sobre el proyecto y la gira.


Fotos: Nadja, Svaen, Luciano y Julia.
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SARAGURO (Pcia. de Loja - Andes)

El viernes temprano continuamos viaje hacia el sur. Nuevamente un largo viaje pero gratificado por la belleza del paisaje. Por la noche llegamos a la ciudad de Cuenca donde nos quedaríamos dos días de descanso y preparativos. Lindos momentos vivimos en esa hermosa ciudad.
En domingo salimos rumbo a Saraguro, esta vez en un viaje corto de solo un par de horas. Al llegar inmediatamente nos alojamos y salimos a recorrer la comunidad en busca de algo que comer. En seguida nos comenzó a cautivar la belleza del paisaje, la amabilidad y belleza de su gente, el kichwa con su tonada particular y la vestimenta que les caracteriza.

El lunes por la mañana arribamos a Lagunas (comunidad muy cercana a Saraguro) donde realizaríamos el segundo taller de documentales a lo largo de la semana. Muchas expectativas existían en el grupo por saber que experiencias nuevas nos tocaría vivir. Allí en un salón de la escuela Inka Samana preparamos todos los materiales necesarios, mientras las jóvenes participantes ingresaban al salón. Las participantes fueron mujeres de la comunidad de Saraguro y alrededores, como así también alumnas del propio colegio, con una edad promedio de entre los 15 y los 32 años, más dos que eran mayores de 40.
Las participantes eran totalmente diferentes a las de Mulanleo, no solo por la edad sino también por el nivel educativo, siendo muy participativas durante las clases, con gran en el taller y el manejo del audiovisual. Fue muy interesante encontrarnos con este grupo tan activo ya que pudimos poner en práctica nuestro modelo inicial de taller y comprobar que este funcionaba correctamente.
El taller se desarrollo en dos etapas: la primera que duró tres días en los cuales trabamos los temas teóricos y donde se realizaron las practicas con la cámara; la segunda etapa serían los días de filmación y uno de montaje.

La semana transcurrió sin mayores inconvenientes y una vez más fue de grandes aprendizajes mutuos. Las clases y los rodajes fueron muy dinámicas, participando la mayoría de ellas en la etapa edición, algo muy importante porque pudieron decidir la música, el orden de las tomas y terminar de comprender realmente como se trabaja en la construcción de una historia audiovisual, la forma fraccionada en la que se filma y comprender como se reconstruye luego en el montaje.
El domingo 31, y tras una nueva jornada intensa de edición, nos dirigimos hasta la comunidad de Las Lagunas, sitio donde realizaríamos la proyección. Haciendo uso de nuestro megáfono recorrimos a pie la comunidad recordándole a la gente el evento de esa noche. Mientras, el resto del grupo instalábamos el equipamiento y la pantalla en la cancha de la comunidad, decorábamos con luminaria de colores, acomodábamos frente a la pantalla las pequeñas sillas del jardín y las bancas de la parroquia del barrio.
La noche fría no impidió que la gente se fuese acercando para ver los trabajos que con mucha alegría y entrega habían hecho estas jóvenes realizadoras. Las jóvenes se hicieron cita con sus familias y vistiendo sus más elegantes galas. Comenzamos informándole a la gente de que se trato el taller e inmediatamente comenzamos a exhibir los documentales de las chicas. Ellas explicaron el proceso del rodaje, compartieron con el público sus experiencias y recibieron junto a los certificados, los DVD y las fotos, intensos aplausos de reconocimiento.

Fue una velada muy emotiva y llena de alegría, las talleristas estaban hermosas, emocionadas y agradecidas al igual que nosotros. Un largo aplauso cerró la noche y con ello nuestra última parada del viaje en ecuador.
Fotos: Nadja, Svaen, Luciano y Julia.
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CAMBIO DE EQUIPOS (Zorritos, costa norte del Perú)


Si bien el plan inicial era realizar el cambio de equipo con una proyección en Macará (provincia de Loja, límite con Perú) algunos retrasos productos de distintos inconvenientes durante el viaje no permitieron reunirnos en ese lugar, por lo que finalmente lo hicimos en Zorritos, ya sobre territorio peruano.

Fueron unos días muy interesantes pues se realizo una exhaustiva evaluación y balance de la gira realizada hasta el momento (proyecciones, talleres, convivencia) como así también el intercambio de experiencias con el grupo de NOMANAS, equipo encargado de coordinar la gira en el Perú.

Allí vivimos momentos muy lindos y emotivos, sobre todo entre el equipo de LA CINTA CORTA y MOVIEMIENTO, grupo que convivio por más de un mes en esta travesía por territorio ecuatoriano. La tranquilidad del mar y un ámbito mas relajo permitió vivenciar entre nosotros otras experiencias.

Posteriormente el equipo de LA CINTA CORTA regreso a Quito y el resto continuo con el viaje hacia el sur del continente.

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